El mercado inmobiliario argentino en el contexto actual

Lee el artículo de opinión de Domingo Speranza (Newmark Knight Frank), miembro de GRI Club Real Estate.

11 de octubre de 2019Mercado Inmobiliario
Domingo Speranza*

La situación actual del mercado inmobiliario de Argentina no se puede definir solo por la crisis y casi total paralización de la actividad y transacciones en el sector residencial y muy baja actividad en el sector industrial y comercial. El residencial es solo una parte de la realidad y quizás la que más impacta y más tiempo llevará en reactivar.

Con valores en dólares, sin grandes caídas de precios ni deudas particulares, las transacciones son pocas y las formas de acceder a la vivienda una sola: el pago del total del importe solicitado al momento de la transferencia sin existencia de créditos o con créditos impagables por tasa y moneda.

¿Cómo es posible entonces que un contexto recesivo prolongado y fuerte devaluación no altere los valores de venta ni las rentas? 

Si consideramos un valor promedio de metros cuadrados en la ciudad de Buenos Aires de U$ 2,500.00 equivalen a unos 150 mil pesos argentinos, por lo tanto una familia con sueldos promedio podría acceder a una vivienda de 70 m2 con el ahorro del 100% de sus salario a moneda constante luego de algo más de 10 años – sin tasa de interés, ni gasto alguno de impuestos, honorarios e intermediación.

Por otra parte, el sector corporativo sufre la caída de la actividad económica, la reducción de la demanda de empleo y su consecuente menor necesidad de espacio de trabajo pero al mismo tiempo lleva ya 7 a 8 años de restricciones en esa materia por los que el simple crecimiento vegetativo, envejecimiento del stock y cambios estructurales en la forma de trabajar de las empresas hace que aquellos edificios de oficinas que se incorporaron recientemente tengan baja vacancia y por consecuencia los valores de renta se mantengan estables.

Forzosamente el mercado va a ajustar los precios. No son sostenibles en el tiempo y aún sin deuda es difícil imaginar volver a crecer en volumen de transacciones y demanda en este contexto de precios.

Por otra parte, en el sector comercial, la ausencia de stock hace imposible la relocalización o búsqueda con variedad de opciones. Buenos Aires cuenta con el inventario de inmuebles comerciales clase A por habitante más bajo de sus pares en Latinoamérica y el número es aún peor si lo comparamos por los ingresos de sus habitantes. 

Lo mismo ocurre al ver la cantidad de proyectos en curso, de edificios con certificaciones Leed y esto impacta sin dudas en los precios de venta y los valores de alquiler.

La demanda está centrada en tres grandes grupos:
  1. Sector energetico, motor de ingreso de divisas por la exploración de hidrocarburos;
  2. Sector de servicios, con salarios y costos competitivos post devaluación, las consultoras y la proliferación de BPOs [del inglés Business Process Outsourcing] apalancados en la preferencia de ejecutivos por destinos como Buenos Aires y la calidad de sus jóvenes profesionales son hoy la principal demandante de espacios de oficinas clase A;
  3. Sector tecnológico. Quizás las de mayor crecimiento en los últimos años, las empresas de software, procesos e innovación tanto locales como multinacionales crecen en demanda de espacios de calidad en la ciudad. Es el sector que mejores salarios paga y más dinámico de nuestra economica. En el año 2018 pese a la crisis no pudieron cubrir 7.680 puestos por falta de recursos y su crecimiento con la devaluación está garantizado por mejora en la competitividad.
Así, pese a la crisis prolongada, la vacancia del sector de oficinas es siempre menor al 9% y las nuevas incorporaciones al inventario tienen pre alquiladas más del 80% de sus oficinas varios meses previos a su inauguración.

Respecto a las inversiones ante la ausencia de un mercado de capitales desarrollado y el acceso a créditos por parte de los desarrolladores para financiar proyectos de inversión inmobiliaria, los pocos proyectos en curso se desarrollan por pocos con acceso al capital o producto de la prefinanciación por la venta de unidades a inversores locales individuales family offices.

Las recientes medidas tendientes a frenar la devaluación del peso frente al dólar paralizaron la actividad, aunque de modo temporario, por indefiniciones sobre la forma de proceder con la transferencia de divisas y la posible compra de dólares por las partes.

Por otro lado, esas medidas impulsarán una vez más, aunque de modo ciertamente ficticio, a la demanda y, consecuentemente, los precios.

La imposibilidad de ahorristas y empresas de invertir en instrumentos de deuda o dólares de modo directo llevarán nuevamente a la inversión en ladrillos como protección o reserva de valor.

La creación de mercados de cambios diferentes y el arbitraje entre éstos, las formas de venta y los cap rates originados por las rentas serán nuevamente objeto de mil análisis dependiendo de las capacidades de acceder a deuda extranjera, o no, de las partes, de la sofisticacion de estos para operar en el mercado de capitales o simplemente serán inversiones para aquellos que ante el pánico de perder sus pesos por la inflación u otra ola devaluadora vuelquen al ladrillo sus ahorros convalidando precios inclusive en un mercado cerrado.


*Domingo Speranza es CEO de Newmark Knight Frank en Argentina y miembro de GRI Club Real Estate. 

 

Argentina GRI 2019

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Se llevará a cabo durante el 05 de diciembre en Buenos Aires, donde reunirá cerca de 100 ejecutivos líderes del mercado. Más información en el sitio web.

Ese artículo es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente la opinión de GRI Hub.