Latinoamérica: insights y caminos para la economía

8 de febrero de 2022Mercado Inmobiliario

A finales de enero, 27/01, el GRI promovió un eMeeting que proyectó el comportamiento de aspectos macroeconómicos en América Latina, con la visión de Ernesto Revilla, Chief Economist para Latinoamérica de Citibank. El Special Guest contó con la asistencia de Claudia Robledo Arias, Senior Vice President - Real Estate de Macquarie Asset Management, quien fue la moderadora del evento. 

La presentación duró aproximadamente una hora y reunió datos, encuestas y la participación activa de los miembros de nuestro club, que tuvieron la oportunidad de aclarar todas las dudas sobre el escenario macroeconómico de la región. En general, se observa una desaceleración de la economía mundial en 2022 y 2023, que contrasta con el crecimiento anómalo de 2021, este último debido a la reactivación de las actividades, paralizadas a causa del covid-19. 
Los miembros del GRI Club participando del eMeeting sobre proyecciones macroeconómicas a nivel global y regional (Foto: Reproducción/Zoom)


En este contexto, el 41% de los ejecutivos presentes en la reunión, indicó una caída de las inversiones en la región en comparación con el periodo pre-pandémico, mientras que el 37% apostó que será similar; y el 22% estimó una mejora. Cuando la proyección se trasladó a una lectura sobre sus empresas, los players se mostraron más optimistas: el 64% confía en que sus resultados mejorarán, el 24% cree que se mantendrán como están y el 11% piensa que pueden disminuir.

A continuación se exponen los insights concluidos del evento, todos relacionados con América Latina.

Los factores externos que beneficiaron a Latinoamérica en 2021 cambiarán  

América Latina disfrutó de buenas condiciones externas que la favorecieron desde el punto de vista económico, terminando el año 2021 con una realidad económica más positiva que la proyectada a principios de año, en gran parte debido a la recuperación de Estados Unidos y China frente a la pandemia, los altos precios de los commodities y las bajas tasas de interés de la FED (Reserva Federal de Estados Unidos). 

Sin embargo, para este año, las proyecciones de las variables mencionadas son diferentes para los próximos meses: se estima un retraso en la expansión de los países latinoamericanos, caídas en los precios de los commodities y un aumento en las tasas, lo que hace más difícil el escenario en la región.

La preocupante subida de las tasas de interés de la FED para 2022

El alto nivel histórico de inflación en Estados Unidos -que impacta en un encarecimiento de los bienes raíces- es consecuencia no sólo de la elevada demanda del país, sino también de otros factores, como los estímulos fiscales y monetarios.

Lo que preocupa al mercado latinoamericano es el aumento ordenado de las tasas de interés de FED, que frenaría la economía estadounidense de forma más agresiva, retardando la inflación. Como consecuencia, se verá un mercado todavía más volátil en los precios de activos, sumando la depreciación de las monedas regionales y generando salida de capitales, lo que normalmente sucede cuando la FED sube tasas.

Retos para el crecimiento

El crecimiento en América Latina será probablemente bajo para el periodo post-pandémico por varias razones: la política macroeconómica restrictiva, tanto desde el punto de vista fiscal como monetario; la desconfianza en los contextos políticos y los procesos electivos en Brasil, Colombia, Perú y Chile, en las que los inversores prefieren tener claridad sobre las políticas aplicadas; el aumento de las tasa; y el problema inflacionario.

La falta de motores internos 

El potencial de crecimiento es grande, pero es necesario crear motores internos para no depender más de China, de Estados Unidos y de los precios de las materias primas. Estas dependencias forman parte de una falta de prioridad por parte de los gobiernos, lo que compromete la confianza de la inversión privada.

La presencia de Omicron no parece provocar fuertes repercusiones en las estadísticas económicas globales

La fuerte ola de la variante de Omicron puede influir en el desempeño de las actividades económicas, en el rendimiento de la inflación. Sin embargo, no debería interferir en el pronóstico general sobre la economía en todo el mundo para el año 2022. Afectará un poco en el primer trimestre, pero no conlleva la misma amenaza que en meses pasados. De todas formas, es necesario estar atento a las nuevas variantes.

Oportunidades a explotar

Los cambios estructurales en el mundo, provocados por el conflicto entre China y Estados Unidos, pueden ser beneficiosos para América Latina, especialmente en el escenario post-pandémico. Esto se debe a que muchas cadenas de suministro pretenden integrarse desde una perspectiva más regional, al estar más cerca de la demanda. México es la nación mejor posicionada debido al Tratado de libre-comercio, los bajos costos de producción y la buena ubicación geográfica. 

Otros países, y debido a la tendencia de descarbonización de las economías, pueden colocar sus energías en la producción de baterías eléctricas, extracción de litio y acompañar la transición hacia economías verdes.

Recuperación importante del turismo 

Se espera una actividad turística más fuerte a partir del segundo trimestre de 2022, asociado al fin de la ola de Omicron y a la debilidad de las monedas locales. Latino América tendrá la ventaja de recibir un flujo importante de turistas, en un contexto donde las presiones inflacionistas en los servicios turísticos son una realidad. Cabe destacar que uno de los factores que impacta la inflación en Estados Unidos es el aumento de las tarifas aéreas.  

Tecnología: necesaria pero no suficiente

El segmento tecnológico es uno de los que más entusiasma, y puede ser un nicho que libere a la región de la dependencia de la exportación de commodities, por lo que la estimación es positiva. Sin embargo, desde una dimensión macroeconómica y considerando sus proyecciones de impacto en el PIB, no sería una actividad determinante como para considerarse "la solución" a todos los desafíos que enfrenta la región.

Por Paulo Alfaro