La recesión económica en países Andinos y COVID-19

15 de junio de 2020Mercado Inmobiliario
  Después de estar más de tres meses paralizadas, las economías andinas empezarán a reactivarse este mes de junio, exponiendo lentamente las consecuencias de la pandemia. Durante la última reunión de GRI Club LatAm, Munir Jalil, Chief Economist para la Región Andina de BTG Pactual platicó con los miembros sobre el impacto de pandemia en la región y compartió proyecciones para los próximos meses. 

Los países emergentes ya están sintiendo el declive económico y aunque no se sabe exactamente cuánto caerá, está claro que los números serán altos. La pregunta más importante no es cuánto se desplomarán los índices, sino cuánto tiempo tardará la actividad en recuperarse a niveles anteriores a la pandemia. Según Munir, suponiendo que el PIB anterior al COVID-19 era del 100 por ciento, la caída podría ser equivalente a un 60-70 por ciento.

Ante esto, los países del primer mundo han aplicado medidas monetarias y fiscales contundentes, pero las capacidades de los gobiernos en Latinoamérica son muy diferentes. Sudamérica, en particular, ya venía siendo afectada por la caída de precios del cobre y el petróleo; especialmente Perú y Chile, que son muy sensibles a las variaciones de exportación y que apenas estaban logrando recuperarse. Los retos como región son muy grandes, para salir adelante todos los Estados se ven en la necesidad de llevar a cabo reformas fiscales. 

Si bien hubo un fuerte incremento de la desocupación, un punto positivo de esta crisis es la posibilidad de regularizar la situación laboral de una masa muy grande de trabajadores informales. Dado que para obtener subsidios y ayuda gubernamental será necesario el registro de las personas y trabajadores en situación de informalidad, se debería aprovechar esta información para generar bases de datos y regularizar el estado de cada trabajador. 

Hay dos grandes retos para regresar a los niveles productivos anteriores a la pandemia: 
  1. La llegada del coronavirus es equivalente a una catástrofe natural acabando con todas las empresas. Las compañías están quebrando, lo que implica menos fuentes de generación económica para regresar a los niveles pre-covid19. Cuanto haya más empresas cerradas, más difícil será la reactivación. Por esto, es fundamental la intervención del Estado con políticas monetarias y fiscales, buscando rescatarlas. Entre más compañías queden activas, más fácil será regresar al 100.
  2. Catástrofe laboral sin precedentes. Una economía normal crea entre 100.000 y 200.000 empleos al mes. Entendiendo el desplome de la economía global y la devastadora pérdida de empleos, se estima que tardarán varios años para volver a generar los puestos perdidos. Éste será uno de los grandes retos de las políticas públicas.

Impacto en el Sector Inmobiliario

El sector inmobiliario debió ajustarse al cambio de condiciones, en particular los activos de retail y de hotelería. Dependiendo el país y cada gestor, se han implementado diferentes estrategias para apoyar a los arrendatarios, pero ha sido complicado aplicarlas de manera general debido la complejidad de cada contrato. En cambio, los sectores de vivienda y bodegas han tenido un ligero incremento de actividad. Aún es muy temprano, y se tendrá que esperar ya que el cambio será muy grande. Hasta que no haya una vacuna y se flexibilicen las restricciones, no se sabrá el impacto real en la región. Sin embargo, los inversionistas siguen activos y están buscando oportunidades viables a largo plazo. El potencial de caída de activos, aunque con desafíos en la evaluación de proyectos, generará interés en los activos en distress. 

Estímulos Económicos y el Rol del Gobierno

En cuanto a los estímulos económicos promulgados por los Estados andinos para apoyar a las empresas, también es demasiado temprano para comprender si han sido lo suficientemente eficaces. El efecto de cada medida gubernamental suele ser lento, por ejemplo, un cambio en la tasa de interés se refleja recién en el quinto o sexto trimestre. El verdadero termómetro para la región será medir la cantidad de empresas que están en bancarrota. Perú desembolsó un estímulo económico muy grande, sin embargo el desafío mayor está históricamente en su ejecución de los proyectos y estímulos. Otro desafío es esparcir los fondos ya que el 60 por ciento de la actividad económica está concentrado en Lima. La mayoría de los países en la región andina tienen problemas similares a los de Perú, sin dudas en los próximos meses se vendrá una ola grande de proyectos de infraestructura para incentivar la reactivación económica. Con el fin de estimular la actividad, será primordial colocar mayor esfuerzo en la ejecución de los planes y minimizar la burocracia de los procesos.

Factores Internacionales 

¿Cuál es el efecto de la crisis venezolana en las economías de la región? El conflicto migratorio venezolano ha generado fuertes consecuencias en las economías andinas. A inicios de la pandemia, se especulaba que estos migrantes buscarían servicios médicos en países vecinos, sin embargo ha sido al revés. Dado que se integran a la economía informal, con la llegada de la emergencia sanitaria disminuyó fuertemente su capacidad de generar ingresos y muchos prefirieron regresar a su país natal. La economía venezolana ha sido enormemente afectada, pero en la actualidad no influye a las economías andinas. 

Mientras tanto, la posible guerra fría en China y los Estados Unidos sí puede traer consecuencias aún más perjudiciales para la región. Con la cuarentena, se paralizó el intercambio de bienes y los ingresos de las exportaciones están bajos. El enfrentamiento entre ambos países no es nada alentador, pues China es el mayor demandante global de commodities y es el principal socio comercial de la gran mayoría de los estados latinoamericanos. Si China no crece, o entra en conflicto con otro país, a las economías de la región les puede ir aún peor. 

Otro factor que desfavorece el crecimiento y la recuperación de las economías andinas son los estallidos sociales. Con ciclos electorales acercándose, el populismo puede ser consecuencia del empobrecimiento. El logro de la década 2010 fue el incremento en la clase media y la caída de la pobreza, situación que podría revertirse con la pandemia.